Pájaro en espiral:
El pájaro en espiral se levantó, como cada día, con el
sonido del despertador de su reloj de pipas de sandía. Mientras desayunaba,
unos aires de libertad untados con una fresca mermelada de pensamiento
extraviado, escuchaba la radio que emitía su transistor de silencio. Pero ese
día la radio hablaba en su silencio de algo distinto, era una especie de olor a
podrido que se le metió sin remedio por sus pequeños orificios auditivos
provocando que su desayuno de aires de libertad con mermelada de pensamiento
extraviado supieran a aires estancados con mermelada de pensamiento concreto. Apagó
el transistor de silencio, dejo el desayuno y se fue a volar un poco más alto de
lo permitido a ver si se le iba el mal sabor de oídos.
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