Embarcose en una discusión consigo mismo en algún puerto de
Aburrimiento, y navegó a la deriva, y atravesó grandes tormentas, y estuvo
atrapado en la inmovilidad de un mar en calma. Pero un día se cruzó con un gran
barco, y vio en ese gran barco a mucha gente, todos bailando la misma fiesta,
del mismo modo, el timón atado con un ritmo fijo y los motores en andante.
Entonces volviose a puerto de Aburrimiento, organizose una
gran fiesta, contose todas sus aventuras, contose su encuentro con el gran
barco lleno de gente. Y a continuación cada uno contó una canción, y cada uno
la bailó como le vino en gana, y con quien le vino en gana, y todo eso en ese
puerto al que la gente del gran barco llama de Aburrimiento.
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